sábado, 5 de octubre de 2013

¡TENÍA COCINA!

Igual que os digo una cosa, os digo otra. Daría lo mismo que el fantasma de Canterbury y el de El Fary se sentasen a discutir en el salón, que los dos adolescentes obesos de arriba saltasen a la comba cada día, que los mosquitos vinieran a por nosotros como los japoneses en Pearl Harbor o las dichosas campanas doblasen durante la madrugada;  la casa seguiría siendo perfecta porque ¡tenía cocina!

No sé en el resto de Alemania pero en Stuttgart hay dos conceptos caseros inexistentes: los de armario empotrado y cocina integrada. Lo creáis o no, cuando estás visitando casas y preguntas por la cocina, lo que te encuentras es algo así:




Sí, cuando avanzas por el pasillo pensando si te caben el microondas, la Thermomix, la licuadora, la nespresso, la tostadora y la arrocera en la misma encimera, lo que hallas es una estancia semialicatada, con dos salidas de agua y ya. Aquí, cada uno se lleva su cocina junto con los sofás, las camas, la videoconsola y la mecedora. La cocina es una más en el camión de la mudanza.

¿Y si vienes de España y no tienes cocina? Pues te tienes que ir a Ikea, comprarte una, esperar dos meses a que te la lleven y montarla tú mismo, siempre y cuando seas de los de emociones extremas; una especie de Jesús Calleja del DIY (hazlo tú mismo). A todo ese cúmulo de adversidades hay que añadir la más engorrosa: un desembolso cercano a los 2.000 euros que se suman a todo lo que te gastas en alimentar a tu familia durante esos dos meses de espera, la semana de montaje y la inversión en tiritas, mercromina, vendas, puntos de sutura americanos y paracetamol. Ya sabemos que el montaje de muebles es una experiencia sumamente peligrosa.

Pero no; nuestra casa preciosa tenía una cocinita con cinco armaritos, una pila con grifo, hueco para el lavaplatos y un horno con vitrocerámica. Era escaso y modesto pero para mí, después de visitar una decena de casas sin cocina, fue como si entrase en la del palacio de Buckingham. 

Tendremos campanas estridentes sí, pero también tenemos cocina y lo que nos hemos ahorrado en amueblarla, nos lo hemos gastado en cuatro armarios que compramos en Ikea, esperamos durante un mes y medio y montamos dejándonos la piel y un pastizal en farmacia. ¡Larga vida al armario empotrado español!

Poco a poco, porque LA CASA ES PERFECTA.

*Adjunto foto de la cocina que me encontré.





2 comentarios:

  1. Qué divertido Alcazar!! Me encanta el diseño del blog. Eso si, me he quedado con ganas de ver ese maravilloso hallazgo que dices que hicistéis: "la cocina" de vuestra casa.
    Algún día please mándanos un audio de las famosas campanas.
    You are the best!!!

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  2. Ya te he puesto la foto Marta. Gracias por los ánimos. Tú sí que eres la mejor.

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