martes, 21 de enero de 2014

EN STUTTGART SE PUEDE RODAR EL ANUNCIO DE FAIRY

Siempre supuse que en Alemania no se doblaba el cine y supuse mal, lo doblan todo. Y lo hacen como en España; ¡a lo grande! Jamás comprenderé esa ofuscación de los directores y actores de doblaje por amplificar los sonidos guturales, nasales y bucales. ¿Por qué sorben cuando beben? Os pongo un ejemplo práctico: Melinda y Melinda de Woody Allen, cada vez que Radha Mitchell bebe vino. ¡Escalofriante doblaje! Ni te cuento cuando comen. ¿Y si la escena es de contenido sexual? Aquello, más que una secuencia erótica, parece la berrea del Valle de la Garcipollera.

El caso es que en Stuttgart -con 2,7 millones de habitantes en la región- únicamente hay un cine en el que ver películas (norteamericanas o británicas) en versión original y está a unos 30 km del centro de la ciudad, en un municipio llamado Vaihingen. Total, que para ver Frozen con los niños tuve que organizar una excursión con mochilas, cantimploras y bocadillos. Pero mereció la pena porque hice un descubrimiento sensacional: ¡Los alemanes también tienen poblaciones del tipo bikini: con parte de arriba y parte de abajo!

¡Sí! Me hallaba en el tren cuando llegamos a una estación y ante mis ojos apareció; brillante, azul y rectangular, este cartel: Untertürkheim. (Unter es bajo en alemán) ¡Deduje que si había un Türkheim de abajo era porque tenía que haber un Türkheim de arriba! ¡Tenía que existir un Obertürkheim!


Türkheim de abajo

¡Y EXISTÍA!



Türkheim de arriba. Imagen de la sede del cuerpo de bomberos voluntarios de Obertürkheim.


¡Como Villarriba y Villabajo! Y como Patones, FigueruelaTolibia, Valdesogo, Antimio, Tombrío, Magaz y tantos otros municipios españoles. Os parecerá una tontuna, pero estas cosas hacen ilusión y te recuerdan que no siempre los de arriba son más listos que los de abajo.





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